Aquel día en que comenzó el primer capítulo de la vida de Kaveh Akbar, el poeta y novelista iba borracho en su bicicleta, llevando en una mano una bolsa llena de whisky y cerveza. Un coche se le cruzó de forma peligrosa, frenó bruscamente y cayó al suelo. No lo supo al instante, pero se había fracturado la pelvis. Consiguió llamar a un amigo, quien lo recogió y lo llevó hasta su apartamento. Una vez allí, siguieron bebiendo hasta acabar con todo el alcohol.
Por aquel entonces, Akbar tenía 23 años y era alcohólico. Creía que el dolor desaparecería al día siguiente, como ocurría con sus resacas, pero esta vez el dolor permaneció. A la mañana siguiente, pidió un taxi para ir al hospital, donde un médico le dijo que había tenido suerte, ya que sus fracturas podían haberle causado una septicemia potencialmente mortal.
"Mi historia está llena de pequeños milagros", explicó Akbar en una entrevista en su casa en Iowa City. Allí vive con su pareja, Paige Lewis, también poeta, y ambos son profesores en un prestigioso programa de escritura creativa. Han pasado 13 años desde su accidente, pero aún sufre las secuelas. Durante la conversación, tuvo que acostarse en un sofá debido al dolor que le dejó su gira promocional por Estados Unidos tras el éxito de su primera novela, ¡Mártir!.
El protagonista de ¡Mártir!, Cyrus Shams, es un joven poeta iraní que creció en el Medio Oeste. Está obsesionado con el martirio, el suicidio y su propia tristeza. Lucha contra sus adicciones, es queer, fan de Los Simpson, y solía orinarse en la cama después de beber. Aunque hay similitudes con su propia vida, Akbar aclara que no es una autobiografía, sino un "baile entre realidad y ficción". En la novela, Cyrus describe el día en que dejó de beber como un momento simple: no tras un accidente ni una pelea con la policía, sino al despertar una mañana y decidir pedir ayuda. Ese día, en la vida real, fue el 12 de julio de 2013.
Como los personajes de su novela, Akbar siente que ha recibido una segunda oportunidad. "He conocido a muchas personas que cometieron errores similares a los míos y no vivieron para contarlo", reflexiona. Desde hace seis años, practica el Ramadán, y en la entrevista, que realizó en ayunas, recordó su historia de supervivencia. Se emocionó hasta el punto de ponerse la piel de gallina al recitar un poema de Clarice Lispector, que abre y cierra la novela.
Nacido en Teherán hace 36 años, Akbar emigró con su familia a EE.UU. cuando tenía tres años, escapando del régimen de los ayatolás. En la novela, Cyrus también es migrante y está obsesionado con la muerte de su madre en el vuelo 655 de Iran Air, derribado por la Armada estadounidense en 1988, causando la muerte de 290 personas. Cyrus describe su pérdida como un "error de redondeo": si hubieran muerto 289, tal vez su madre seguiría viva. "¿Eso la convierte en una mártir?", se pregunta.
Aprender inglés no fue un problema para Akbar, pero su hermano mayor tuvo más dificultades, por lo que en casa se prohibió hablar farsi. Su madre intentó fomentar la asimilación tomando libros al azar de la biblioteca. Así, su educación literaria fue ecléctica, pasando de biografías de deportistas a tratados de botánica.
Su familia vivió en Pensilvania, Nueva Jersey, Wisconsin e Indiana, donde estudió en la Universidad de Purdue, donde luego fue profesor. A los 18 años, en un viaje a Canadá, probó el alcohol por primera vez. Aunque empezó tarde, rápidamente desarrolló una adicción grave, bebiendo diariamente y probando la heroína en solo un mes. Su único objetivo era estar ebrio: engañaba a psiquiatras para que le recetaran medicamentos que luego vendía para conseguir alcohol. Probó muchas drogas, pero su constante siempre fue la bebida. "No pasaba más de 12 horas sin beber", recuerda.
Un año después de dejar el alcohol, en un chequeo médico descubrió que su hígado estaba al borde de la cirrosis. Una enfermera le explicó que, si hubiera seguido bebiendo, el daño habría sido irreversible. "Por suerte, me quedé en el lado correcto del Rubicón", dice Akbar.
La poesía se convirtió en su salvación. "Cuando dejas una adicción, tienes que llenar las horas", explica. Leer y escribir lo mantuvieron ocupado y lo alejaron del alcohol. Así, construyó una brillante carrera como poeta, recibiendo becas y premios. Ha publicado dos poemarios: Calling a Wolf a Wolf (2017), sobre la adicción, y Pilgrim Bell (2021), de temática espiritual.
Durante la pandemia, en lugar de hacer yoga o leer En busca del tiempo perdido, decidió aprender a escribir narrativa. Se impuso una dieta estricta de dos novelas y siete películas por semana y "robó a los mejores", inspirándose en Toni Morrison y Henry James. Recibió ayuda del escritor Tommy Orange, con quien intercambiaba textos semanalmente.
En Iowa City, Akbar y otros escritores buscan cambiar la idea de que creatividad y alcoholismo van de la mano. Junto a Paige Lewis, tenía un reto: escribirse un poema de amor al día. "Nos enamorábamos y temíamos que malos versos lo arruinaran", dice ella. Akbar, en cambio, niega que haya competencia entre ellos: "Los éxitos de uno son motivo de alegría para los dos".
El éxito de ¡Mártir! fue notable. La crítica elogió su mezcla de géneros y su potente narrativa. El libro trata temas como la migración, el racismo y la percepción del martirio en Occidente. Está ambientado en la era de Donald Trump, aunque Akbar se niega a mencionarlo, refiriéndose a él como "Presidente Vituperio".
El título ¡Mártir! fue polémico. Cuando Barack Obama lo incluyó en su lista de recomendaciones, Akbar recibió correos de odio, y Obama fue criticado. "Hace 20 años, un libro con mi nombre y ese título no habría sido vendido en un aeropuerto", reflexiona el autor.
La novela destaca por personajes memorables, como Orkideh, una artista iraní que convierte sus últimos días en una performance en el Museo de Brooklyn. Tiene el aire de una gran novela americana, pero escrita desde la experiencia de un musulmán.
Cuando le preguntan si el racismo ha disminuido, Akbar se muestra escéptico. "Lo que ha cambiado es que ahora soy más duro", dice, criticando la tendencia de algunos lectores a consumir literatura solo para sentirse moralmente superiores.
No piensa volver a Irán, ya que se opone al régimen y tiene pendiente el servicio militar obligatorio. "Tienen tanques y armas nucleares", dice, y prefiere centrarse en ayudar a quienes lo rodean.
Antes de despedirse, Akbar regaló un vinilo del productor iraní Omid Walizadeh, con mezclas de hip-hop y música persa. "Si ¡Mártir! tuviera una banda sonora, sería este álbum", concluyó. Y, una vez más, se le puso la piel de gallina.
Seisdedos, I. (2025, marzo 14). Kaveh Akbar, escritor: “Muchos lectores usan la literatura para sentir que están en el lado de los buenos”. El País. https://elpais.com/babelia/2025-03-14/kaveh-akbar-muchos-lectores-usan-la-literatura-para-sentir-que-estan-en-el-lado-de-los-buenos.html