EGEA, PACO
Emilio Troya ejerce de médico. Acaba de pedir una excedencia para incorporarse a uno de los más grandes clubes de fútbol del mundo. No como médico, como jugador. Suena raro, sí, pero aquí viene lo mejor: está a punto de cumplir 48 años. El director técnico del club tiene con él una deuda de vida. Le prometió lo que pidiera y Troya pide un imposible. Cuando se realiza el fichaje, se produce una conmoción que afectará a jugadores, cuerpo técnico, prensa y opinión pública.