MILLÁS, JUAN JOSÉ (1946)
Una novela que borra los límites entre la realidad y el delirio «¿Qué pasaría si al servir la carne alguien encontrara en su plato un hombrecillo? ¿Lo apartaría educadamente, sin decir nada, o lo señalaría con espanto?». Un profesor universitario jubilado, instalado en una existencia aparentemente gris y anodina gobernada por rígidas normas autoimpuestas y dividida entre la cotidianidad familiar y sus últimos compromisos profesionales, ve alterada su vida por la aparición de unos hombrecillos diminutos, diseñados a imagen y semejanza de los humanos. Tan solo él es capaz de percibirlos, de atravesar las fronteras de la realidad tal y como la conocemos para entrar en esa otra en la que habitan estos seres. Uno de esos hombrecillos, creado a partir de su propia sangre y su propia carne, se presenta como su pequeño doble maléfico y le hace una oferta difícil de rechazar: poder cumplir a través de él, en esa otra dimensión de cuya existencia nadie más tiene noticia, sus deseos más ocultos, cualquier perversión escondida desde siempre en su mente. Y es en ese momento cuando todo empieza a desmoronarse. Esta novela desinhibida y divertida es un alegato en defensa de la imaginación con el que Juan José Millás abre una grieta en la realidad para alumbrar otro mundo en el que todos los sueños se vuelven posibles. La crítica ha dicho:
«Para no hacerlo sentir incómodo, finjamos que Millás no es uno de nuestros mejores escritores».
Sergi Pàmies, La Vanguardia «Juan José Millás es dueño de un territorio fantástico de incuestionable personalidad».
J. Ernesto Ayala-Dip, El País «Millás tiene la capacidad de ver donde otros no alcanzamos ni siquiera a vislumbrar nada».
César Coca, El Correo «La escritura de Juan José Millás, el Buster Keaton de nuestra literatura, es única e inimitable».
J.A. Masoliver Ródenas, Cultura/s (La Vanguardia) «Una mirada transgresora y llena de sutileza que transforma la realidad, la reinterpreta y la ficcionaliza».
Íñigo Urrutia, El Diario Vasco «Millás derriba el mundo y descubre su trastienda, se divierte con la demolición, aunque describa el triste escaparate de los días. Millás, está claro, sigue siendo un maestro».
Saúl Fernández, La Nueva España