Acabada la
segunda guerra mundial, cuando por fin cabe pensar en un futuro mejor, Helene abandona a su hijo de siete años en el andén de una
estación de tren. Para entender las circunstancias que han podido llevarla a
cometer algo así, es necesario retrotraerse a la infancia de Helene, cuando vivía con su hermana Martha y sus padres en
Bautzen; al penoso retorno del
padre de la primera guerra mundial; a la locura que va
adueñándose de su madre, que es judía; a la liberación que sienten cuando,
fallecido el padre,
las dos hermanas se trasladan a casa de su adinerada tía Fanny, que vive en
Berlín, y a cómo ésta las introduce en la bohemia de los dorados años veinte.
Pero en Berlín la vida no resulta fácil, y mientras Martha se ve inmersa en una
espiral de excesos de la que no puede salir, Helene
vive una dramática historia de amor, con la creciente amenaza
nacionalsocialista de fondo.