Un hombre viaja desde la Rusia revolucionaria hasta un solitario enclave del litoral andaluz. Otro hombre se empeña en conocer su historia y escribirla. Un tercer hombre (o no) propone a un grupo heterogéneo completar su relato. Una mujer misteriosa habló con el protagonista. Y una pequeña playa, convertida en texto, se llena de ecos que conversan con las olas, guarda el secreto de una vida y ofrece, indolentemente, huellas para salvarla del olvido. Francisco Baena, agente profesional de la escena del arte contemporáneo, se ha servido de algunos de sus procedimientos característicos (los juegos metanarrativos, el trabajo con los archivos, la apropiación, el fake, el principio collage) para montar un artefacto discursivo que a la vez que presenta un caso excepcional muestra el proceso de su escritura, y cuestiona la posibilidad de llegar a conocer realmente lo que oculta una identidad. A través de una serie de voces y personajes, y con distintos registros, se articula una novela corta, pero intensa, que es también una pregunta y una advertencia sobre la cada vez más evidente importancia del relat