El primer poemario de Cándido Mojarro lo descubre como un poeta de tono coloquial, acostumbrado a encontrar en las decepciones de la realidad un espacio para la poesía y sus continuos ataques de fe.
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Puede obtener más información aquí o cambiar la configuración.