Nadie en Monarch, un mortecino pueblo de los alrededores de Nueva York, imaginaba que uno de sus hijos más prominentes, Rob Castor, prometedor escritor de culto, acabaría como acabó: suicidándose tras asesinar a su novia. Y menos que nadie, Nick Framingham, su mejor amigo de la infancia. Pasada la conmoción inicial, superado el interés de los medios de comunicación por un suceso con mucha carnaza -sexo, literatura y muerte-, el pueblo vuelve a su rutina. No así Nick, que se empeña en tratar de entender qué llevó a su amigo a tal desenlace. Y de este modo, rastreando las últimas semanas de vida de Rob, pero también su infancia y juventud compartidas, Nick acaba reevaluando su propia vida, su matrimonio en crisis, su desapego por cuanto le rodea, su dependencia de Rob, y se adentra en un cenagoso pasado.