ELISABETA BOTAN
Una mujer que cuando escribe se olvida del tiempo, se derrama como rocío sobre las cosas, en propia confesión, y vuelve a inventarse con la fuerza de la raíz de hierba; después le crecen las alas. Raíces y alas, como quería Juan Ramón Jiménez que la poesía naciera para después volar. Y el sueño de Elisabeta, nacida en una familia de obreros que vivía en un valle de cuento de hadas, de los muchos que abundan en su tierra, se bordó sobre páginas de libros. Y con la lectura, el ansia de descubrir los misterios que anidan tras el corazón de los poetas.