MARTINEZ, ROCIO
El miedo aparece a veces sin explicación. Un ruido que no sabemos de dónde viene, una sombra, un reflejo, pueden hacer crecer en los niños un miedo sin razón. Gato Guille se asusta de todo, pero cuando tiene que explicar a su madre racionalmente sus temores descubre que nada es lo que parece y que todo tiene una justificación.
Gato es un pequeño solitario que tiene muchos miedos. Juega en su cuarto y piensa que hay un monstruo escondido en alguna parte. Si se va a la cocina donde su mamá prepara la cena, las cosas mejoran un ratito pero pronto se asusta con otro ruido. Acompaña a la madre en las tareas de la casa y allí permanece hasta que los ruidos invaden la habitación cada vez que se queda solo. Tantos monstruos parece haber que la madre se esconde asustada porque creer haber visto uno. Gato Guille entonces la consuela diciéndole que no hay ningún monstruo y la saca de su escondite para darle un paseo y mostrarle que no, que no hay ningún monstruo. En cada habitación identifican el ruido: la lavadora, el ascensor o la ventana. En esto están cuando el ruido de la entrada de la casa les asusta a los dos. ¡Menos mal que es papá que viene de hacer la compra! Las ilustraciones de Rocío Martínez conectan con el mundo infantil al caracterizar muy bien sus personajes y delimitar la acción a la casa. El tema, además, es muy oportuno para niños pequeños que temen quedarse solos.
