Innovadora y perturbadora, cuenta la itinerancia de tres personajes marginales (el Castizo, el Bocas y el Milhombres) por las calles envueltas en lluvia de la ciudad de Auria. Veinticuatro horas de narración veloz e inexorable, repletas de tensión trasgresora y absorvente. Una bajada a los infiernos que es, también, un viaje hacia la heterodoxia.
Una de esas novelas de corte y estructura moderna escrita por uno de los autores más interesantes del exilio gallego, con un lenguaje sin concesiones, en el que el protagonista de este día de juerga nos somete sin contemplaciones a los olores del vino y el aguardiente, al frío de la lluvia gallega, a la sinrazón de quien se cree perseguido, a la tierra y los escrementos, a la idealización del deseo. Una joya, una sorpresa y un libro muy recomendable.