JEAN -BAPTISTE MALET
Para cubrir el incremento de actividad cuando se acercan las fiestas navideñas, Amazon contrata a miles de trabajadores temporeros. Por primera vez en Francia, un periodista decide infiltrarse en un almacén logístico de la multinacional, integrándose en uno de sus equipos de noche: «Los internautas que hacen clic en la página web de Amazon para comprar libros, pero también recambios para el coche o ropa interior, deben saber que detrás de las pantallas de sus ordenadores hay miles de trabajadores sometidos a ritmos de trabajo insostenibles en un ambiente casi carcelario»
contrapunto en lo que se narra en este libro. No nos engañemos con la idiotez de la pantalla y no nos dejemos acorralar por las cornetas que nos cuentan que el trabajo de mucha gente no tiene ningún valor. Ya no hay motivo para hablar de los balones de fútbol que cosen niños en la India o de camisetas fabricadas en miserables condiciones casi esclavistas como algo casi lejano que no nos afecta por ser un problema local y tercermundista, ahora tenemos aquí lo que nos puede pasar a todos si no reaccionamos a tiempo. Una nueva forma de empresa que no deberíamos sustentar, de la misma forma que no lo hemos hecho con lo anterior.